Por:Jorge Davish El 26 de agosto del presente año la directora del Colegio particular Sor Juan Inés de la Cruz Cecilia Ferrel Montes, ubicado en el centro de Tepeji del Río; informó a padres de familia y alumnos que tenía que dejar el plantel, ya que le llegó una notificación (judicial) para dejar las instalaciones so pena de emplear la fuerza pública para expulsarla del inmueble. La Secretaría de Educación Pública de Hidalgo a guardado desde entonces un silencio que ha empeorado la situación en el municipio. Para muchos padres fue una cubetada de agua fría la noticia. Muchos pensaron lo peor sobre la notificación; algunos empezaron a preguntar por espacio en otros planteles privados. Otros cuestionaron por la inscripción y gastos originados para el arranque del ciclo escolar, los menos indagaron sobre dicha notificación que fue entregada en Junio del presente año al personal jurídico que asiste a la ex religiosa. Desde entonces la situación provocó diversas reacciones, sobre todo zozobra e incertidumbre en padres de familia que cuentan con sus hijos en este plantel en alguno de los cuatro niveles educativos que ofrece. Sin embargo, prevalece una gran desinformación en el asunto y por desgracia también manipulación. Para abonar a la falta de información trataremos de exponer hechos, fechas, actas, y datos fidedignos e irrefutables sobre la historia acerca de la manera en que se expropió el predio. Como se constituyó un patronato con prominentes hombres de Tepeji que se echaron en hombros la búsqueda de fondos para construir un plantel de nivel secundaria, como eventualmente la mediación de un Obispo dio como resultado que un grupo de religiosas fueran albergadas en las aulas para dar clases y de cómo a la llegada de la entonces Hermana Cecilia Ferrel todo cambió. De igual manera de cómo el Gobierno del Estado de Hidalgo terminó por retirarle el inmueble que es propiedad de él y que estaba en préstamo en la figura legal conocida de “comodato”. Los que tengan mente para entender, que entiendan, pues los aspectos legales y jurídicos no pueden ser alterados o modificados para favorecer a una parte y afectar a la otra. Existen pruebas documentales de los acontecimientos que dan constancia de las cosas. Todo lo demás son inventos, fantasías, comentarios infundados, mentiras, falsedades construidas en torno a un determinado interés, falsedad que al final no muestra ninguna prueba; ya que pretende erigirse en verdad soló amparado en la fe, es decir, creyendo en algo cerrando los ojos, sin cuestionar ni dudar.