Redirigir la estrategia de seguridad ante el fracaso de las mesas de pacificación en la región Tula Tepeji.
Columna de Opinión Por: Jorge Davish La estrategia de seguridad del Gobierno Federal en la región Tula Tepeji denominada Mesas de Coordinación para la Pacificación, son un fracaso, una mera ocurrencia del gobierno para que las y los alcaldes (de 12 municipios) o enviados de seguridad pública acudan todas las mañanas a las instalaciones de La Tortuga en la alcaldía de Tula, para reportar las novedades diarias de seguridad y para pasar lista de asistencia, y sostenemos que no funcionan, ya que en casi 10 meses de estas mesas no han emanado desde su interior estrategias o acciones concretas de seguridad, tan sólo se han limitado a recibir los reportes, para que a su vez el presidente de México pueda contar con ellos todos los días en sus reuniones con el gabinete de Seguridad, afirmamos que no han resultado dado el nivel de violencia, ejecuciones, robos, asaltos y por supuesto el robo de gasolina, delitos que han registrado un evidente repunte en las estadísticas. En los primeros seis meses de 2019 ocurrieron 114 asesinatos cada día, es decir 20 mil 599 en seis meses, lo que ubica a México como el segundo país más violento del mundo, solo detrás de Siria y por encima de Afganistán e Irak. (Fuentes: Sistema Nacional de Seguridad Pública e Instituto Nacional de Estudios Estratégicos). En medio de estas cifras se pone en marcha en todo el país y por ende en la región Tula Tepeji, la estrategia para reunir todas las dependencias de seguridad y procuración de justicia encabezadas por el gobierno federal, todos los días por la mañana, pero dichas reuniones no reportan resultados ni beneficios. Las mesas llevan casi 10 meses de llevarse a cabo todas las mañanas de lunes a viernes en las instalaciones del parque infantil La Tortuga, participan en ellas áreas de inteligencia (esas que iban a desaparecer pero finalmente se quedaron casi con las mismas funciones del pasado gobierno federal), personal de la Sedena, secretarios de seguridad pública o sus emisarios, 4 delegaciones de la policía estatal, cuatro representantes de igual número de las Policías Investigadoras, dos de la Policia Bancaria correspondientes a Tula y Tepeji, personal de la Secretaría de Gobernación del estado, personal de la FGR-Tula o incluso en algunas ocasiones han participado los mismos alcaldes de los 12 municipios que integran esta región, además del representante de Programas sociales de la Secretaría del Bienestar en Hidalgo, el regidor de Morena con licencia Eduardo Durán, que no sabemos que tanto le puede agregar al tema de seguridad ya que en este rubro se ha buscado desde hace años que quienes participen sean gente que emane de las dependencias de seguridad y academias, que tengan experiencia en la materia como es el caso del hoy Secretario de Seguridad y Protección Ciudadana del Gobierno Federal, Alfonso Durazo. La única meta -aparentemente- es recabar los reportes de seguridad pública de todas las regiones del país que sirvan a su vez para concentrarlos por estado para enviarlos al ejecutivo nacional para que se reúna -previo a sus conferencias mañaneras- con el Gabinete de Seguridad y conocer las estadísticas diarias y los reportes de mayor impacto en el país, cosa que asegura el presidente que no se hacía antes pero que tampoco tienen sentido que se haga ahora si no significa que de las mesas emanen estrategias de seguridad o recursos para que en los estados estas cifras puedan ser frenadas o revertidas, tampoco se ha logrado frenar el aumento de lo índices delictivos con el despliegue de la Guardia Nacional en las regiones. A diario alcaldes o secretarios de seguridad o directores, invierten tiempo, personal, recursos, unidades, gasolina, viáticos (multiplíquenlo por todo el país) tan sólo para hacer algo que se puede atender por correo electrónico en donde una o dos personas en cada estado concentren o vacíen los datos a diario en un formato que a su vez pueden remitir al gabinete de seguridad nacional. Sin necesidad de tanto gasto, tiempo y dinero invertidos. Parece que la estrategia tiene como finalidad alimentar las estadísticas que el mismo presidente posteriormente niega, como aquella vez que negó el aumento en la cifra de homicidios dolosos en el país que al final no pudo desmentir ya que las mismas cifras que daba coincidían con las afirmaciones que en ese momento le hizo un periodista en sus ruedas de prensa mañaneras. Previo a la llegada de la Guardia Nacional, la Policía Federal fue desplegada en la región para cuidar prácticamente de manera exclusiva los ductos de Pemex, el presidente afirmó que habían acabado con el Huachicol pero las mismas cifras que reporta Pemex indica que en los primeros siete meses de 2018 se detectaron 8 mil 706 tomas clandestinas, y en el mismo lapso de este año suman 8 mil 655, apenas se percibe una baja significativa, a pesar de que el mandatario nacional asegura que ya casi acaban con el huachicoleo, ni hablar de las cifras de agresiones a personal de Pemex y otras dependencias en hechos relacionados por el robo de gasolinas, los cuales se han duplicado y muchos vídeos en las redes sociales dan cuenta de ello. En la región Tula Tepeji la policía federal está dedicada con enormes recursos al cuidado de ductos, la GN se ha sumado más en recorridos visibles en las calles de los municipios pero estos no dan resultados o por lo menos, los líderes de la 4T no se dignan a informar a la ciudadanía, apenas un par de veces han filtrado información a su órgano de propaganda, medios que se convirtieron en apéndices del poder como lo es ahora el diario El Independiente, medio en donde ahora cuentan con el privilegio de tener las exclusivas al ser un medio propiedad en la práctica de Morena a través de sus dueños los hermanos Sosa Castelán. Desde antes la lucha contra la delincuencia organizada y común, así como contra las bandas de huachicoleros han perdido autoridad moral, en redes sociales aparecen constantes videos en donde gente de los grupos delictivos o que entregan a poyo a las bandas delictivas, les quitan a detenidos a militares o policías, les arrebatan las unidades y los sacan de sus comunidades a punta de piedras y palos. El pueblo bueno y sabio del que tanto habla el presidente, y de los cuales sus desmanes se difunden a través de las “benditas redes sociales”. Incluso cuando salió a la luz pública que en un estado del norte los grupos delictivos “le cerraron la llave de la gasolina” al ejército, el presidente salió a decirles que “les dieran chance” que no hicieran eso y reflexionaran sobre las presiones ejercidas a empresarios gasolineros para no surtirles de gasolinas a las patrullas, es decir, no hubo una respuesta proporcional a la afrenta, no se desplegó un operativo ni se garantizó el estado de derecho mediante un operativo que retomara el control en el suministro de gasolina, en vez de eso el presidente llamó a los delincuentes a considerar sus acciones, a pensar en sus mamacitas y a portarse bien. Eventualmente la Profeco cerró esas gasolineras, pero nunca hubo un operativo militar para recuperar la gobernabilidad en la zona. Los constantes llamados a portarse bien, a que las jefecitas pongan en orden a sus hijos, a ya no cometer delitos, no han dado ningún resultado, estos llamados que aparentemente forman parte importante de las estrategias de seguridad del presidente, contrastan con el aumento de la violencia en el país, no solo los delincuentes y los carteles no se están portando bien, sino que incluso se están portando peor que antes, pese a los llamados y que ahora esta gente recibe dinero del gobierno, ya que como dice el presidente, se está atacando la raíz del problema de inseguridad, la pobreza, la desigualdad y la falta de oportunidades educativas y laborales sobre todo entre los jóvenes. La región Tula Tepeji no ha escapado a esta dinámica, no hay semana en que en los medios no reporten ejecuciones violentas, mujeres encontradas asesinadas, cuerpos desmembrados, sin olvidar que a cada tanto los reportes de disparos o balaceras se volvieron una cosa cotidiana en la que ya poco reparan los habitantes, salvo si los disparos se escuchan muy cerca de donde ellos están, lo mismo sucede en los casos de robo, asaltos y venta de droga, incluso en redes sociales perfiles apoyan abiertamente a los delincuentes y amenazan a usuarios que los critican en dichos reportes. Otro problema muy grave en materia de seguridad es que igualmente hay recortes en los presupuestos, y que los famosos ahorros que anuncia el ejecutivo nacional, no son más que prohibiciones de facto para que las dependencias no ejerzan ese dinero, por lo que al no ejercerse esos montos, que son gastos de operación, se deja en la indefensión a la sociedad y se provoca por omisión, un estado de abandono de las acciones de gobiernos y estados en materia de seguridad pública. En una plática informal sostenida el 22 de mayo de este año con el delegado de Programas Sociales en Hidalgo, Abraham Mendoza Zenteno, le hice notar como periodista que los medios no cuentan con datos acerca de las acciones de la Policía Federal y ahora de la GN, debido al centralismo con el que se maneja la 4T y debido a que no tienen entre sus metas el difundir cifras o reportes ya que igualmente no han establecido canales de comunicación con medios y reporteros (a los cuales se les ve prácticamente como enemigos y gente acostumbrada a extender la mano para recibir limosnas del gobierno), a lo cual le hice notar que era un error y era faltar al principio del gobierno a informar a la sociedad y que en la práctica se levantaba un muro o una suerte de veto en torno a las acciones de seguridad, y que eso además de no convenir a la sociedad, generaría un vacío de información que igualmente derivaría en que la especulación fuera la medida de las opiniones en redes sociales, la crítica no tuvo ningún efecto en el político tulense, la reunión pasó sin pena ni gloria pues sus más fuertes intereses están en entregar el mayor número de becas y apoyos a la gente además de apoyar cualquier obra público o acción que emprenda el presidente de México, la reunión fue una pérdida de tiempo y en lo personal no volvería a usar mi tiempo de una manera tan improductiva, tan sin sentido y sin ningún valor. Si de las mesas de pacificación emanaran planes, estrategias y acciones concretas, tanto para la prevención como para el combate a la delincuencia en la esfera de actuación de cada institución, si de ahí se autorizaran presupuestos para el mejoramiento y equipamiento de las policías municipales (porque no se puede exigir acciones con metas elevadas si no cuenta si quiera con sueldos dignos con armas modernas, patrullas, radios e insumos por lo menos suficientes y en buen estado para cumplir con su labor) , si de ahí se derivara el equipamiento de las patrullas con tecnología ligada a mandos con capacidad de acción y de reacción, si de esas mesas emanara un trabajo coordinado, de respeto entre instituciones que además permitiera a los medios indagar sobre los resultados, porque todo ente de gobierno debe ser fiscalizado por medios o por la sociedad, entonces las cosas podrían ser diferentes, pero mientras que sólo se constituyan para ir a pasar lista y a dejar diariamente las novedades de seguridad, serán mesas que no sólo no abonan a la pacificación del país, sino que solamente abonarán a la verticalidad del gobierno y al aumento de la burocracia ineficiente. Casi 10 meses de llevar a cabo estas mesas deberían servir de tiempo para ejercer auto critica entre los representantes del presidente en el estado (aunque sabemos que nadie es capaz de llevarle la contraria so pena de ser expulsado de la 4T, es decir que se impone la vieja disciplina del silencio al estilo priista pero ahora con Morena), para generar una reflexión honesta y evaluar los resultados de más de 40 reuniones, y valorar contrastando los resultados regionales, si es que tienen razón de seguir (por lo menos en ese formato diario y desgastante), si es que han dado resultado, o sólo son una pérdida de tiempo para los gobiernos municipales y un gasto inútil, gasto que sólo sirve para que el presidente tenga al día, los números de lo que ocurre en todo el país, sin que desde la Presidencia de la República se fijen estrategias efectivas para cada estado y región. Es decir que las mesas al parecer sólo sirven para alimentar las estadísticas del presidente, mismas que en algunas ruedas de prensa mañaneras, ha desmentido a pesar de que estas cifras las divulgan las dependencias de seguridad del país, es decir, son cifras oficiales. La estrategia de las mesas de pacificación no sirven, si el objetivo es el de dotar de información diaria al presidente, entonces ,mejor les recomendamos usar un formato de envió de información a través de correos o servidores y listo, si las mesas no sirven para fijar estrategias o por lo menos retroalimentar a las dependencias, no tienen sentido seguir convocándolas, como no tienen sentido seguir la estrategia si no dotan de presupuesto a las fiscalías o procuradurías, lo mismo que a las policías municipales (muchas de las cuales en la 4T se les ve como el enemigo bajo el argumento a priori que son apéndices de la delincuencia organizada), menos servirán si las poblaciones siguen apoyado a los delincuentes, sirviendo de halcones o lavándoles el dinero mediante distintos mecanismos semanales, mecanismos que las mismas policías y agencias de inteligencia financiera ignoran, porque nunca atacan los dineros de los delincuentes, ni los negocios que lavan dinero a las bandas de narcotraficantes y a huachicoleros. Entonces el final de la violencia jamás se verá llegar y por tanto veremos que el mismo presidente evadirá prometerse con una fecha real en la que se puedan palpar resultados verdaderos en el ataque a los delincuentes, mientras tanto esperemos que sigan reflexionado, pensando en sus jefecitas o que en una de cuando los delincuentes acudan a su iglesia les pueda llegar la carilla moral que servirá para que una vez que la lean, finalmente acepten dejar de ganar millones y millones y mejor se inscriban en algún programa, beca o apoyo del gobierno de #AMLO, me canso ganso que las cosa no están funcionando, pero los jefes policiacos que acuden a esa reuniones no se quejan porque no quieren ganarse el odio de la 4T, porque odian con odio jarocho y es mejor llevársela relajado relajado relajado. FOTO CON FINES ILUSTRATIVOS
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