El mes que culmina ha sido el más violento del que se tenga memoria en la última década en Hidalgo, pero además de las ejecuciones el robo en ductos de Pemex es alarmante, pues tan solo para hacerse una idea del aumento en este delito, este fin de semana fueron reportadas 41 tomas clandestinas en una decena de municipios hidalguenses, incluidos Atotonilco de Tula y aunque fuera de este periodo, también se han reportado tomas clandestinas en Tepeji del Río. El día de ayer causó un gran impacto la noticia de seis hombres ejecutados en el Municipio de Mineral de la Reforma, y hace pocos días igual los asesinatos de personas dedicadas a vender muebles en Ixmiquilpan (un hombre adulto, dos mujeres y una más que resultó gravemente herida). Todo parece tener parte de su génesis en la fuga de internos (que hoy con gran eufemismo se les debe llamar personas privadas de la libertad) ocurrido en diciembre de 2021 en el Cereso de Tula de Allende, ya que luego de los autos bomba que fueron usados durante la fuga (y otros que fueron localizados y no detonaron) sobrevinieron ejecuciones y muertes en hechos relacionados con el robo de gasolina. En este marco de violencia generada principalmente por el robo en ductos de Pemex, y como ahora lo han dicho algunos comerciantes en Ixmiquilpan, derivado del cobro de piso a manos de grupos delictivos, se suma en el estado el robo de auto transportes, principalmente en la Autopista México Querétaro, en los más de 20 kilómetros que cruzan por la entidad hidalguense, además de la venta de droga y otros delitos de alto impacto. En Tepeji del Río así como en Atotonilco de Tula, corporaciones policiacas han venido combatiendo de manera abierta el robo de gasolinas (son los que más resultados han arrojado con el aseguramiento de unidades y personas), en el primer municipio la Coordinación de Investigaciones y luego la Guardia Nacional detuvieron a 4 y 5 pipas respectivamente, en Atotonilco han sido muchas más las detenciones desde el año pasado, aunque en esta demarcación vecinos de comunidades como Zacamulpa brindan apoyo a los delincuentes, enfrentado a los policías para evitar que se lleven a personas detenidas lo mismo las unidades seguridad con gasolinas, las cuales les han podido arrebatar, para lo cual incluso han detonado armas en contra de las fuerzas policiacas. Precisamente esta forma de actuar de ciudadanos apoyando a delincuentes, ha ido al alza, y se ha visto en todos los municipios donde se reportan tomas clandestinas, pero en donde recientemente ha cobrado más relevancia es en Ulapa, municipio de Tetepango, en donde en apenas unos días los vecinos apedrearon a dos patrullas, la última ocurrida la noche del 30 de enero. El apoyo de vecinos incluso ha derivado en personal de Pemex herido, como sucedió en el gobierno anterior, en Santa Ana Ahuehuepan. El robo de hidrocarburo lleva largos años operando y en algunos casos, siendo tolerado por alcaldes en turno, algunos ya sea porque fueron amenazados y otros aseguran ciudadanos, con franca y abierta protección y hasta participación, es decir, coludidos. En el pasado el robo ha cobrado vidas, como la de un bombero de Atitalaquia que acudió a una toma clandestina, ha cobrado la vida de decenas de personas en fugas descontroladas y en otras con fugas e incendio, como la ocurrida el 18 de enero de 2019 en Tlaxcoapan (no en Tlahuelilpan), el saldo de ese horrible hecho fue de 137 personas fallecidas, hecho que, a decir de muchos, se pudo evitar si las autoridades hubieran actuado y evacuado a las personas que estaban llenando recipientes con gasolinas, luego de tres años no hay detenidos por acción (huachicoleros) ni por omisión (autoridades municipales, manos policiacos o del ejército etc.). Lo peor de reseñar el peor arranque de año respecto de la violencia generada por las bandas dedicadas al robo en ductos de Pemex, es que no hay expectativa de que estos cifras desciendan ni a corto ni a mediano plazo, pues tan solo basta señalar que para el gobierno del Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, el huachicol se acabó a los pocos días de cerrar los ductos (mismos que hoy operan nuevamente con normalidad), esto a pesar de que por ejemplo, en Hidalgo se reporta el aumento en estas cifras. Por tercer año consecutivo Hidalgo fue el primero lugar en México en el robo de hidrocarburos en ductos de Pemex, el 2021 cerró con el reporte de mil carpetas de investigación, 2020 con mil 33 carpetas iniciadas y 2019 con mil 767, pero no hay que perder de vista que muchas tomas no terminan en carpetas de investigación. La FGR por su parte, reportó en una publicación que en Hidalgo en 2021 se iniciaron 3 mil 211 carpetas de investigación, pero el número de tomas clandestinas en ese mismo periodo es de 4 mil 500 y la detención de 515 personas, de los cuales fueron vinculados a proceso 502. Este año las bandas dedicadas al robo de hidrocarburos ya mostraron que “van por todo” lo que puedan robar, sin importar que dejen tomas clandestinas descontroladas como ha sucedido en el pasado, que se incendien y cobren vidas u obliguen a familias a dejar sus casas como el año pasado sucedió en Santa Ana y Tlautla, en Tepeji del Río. Y en tanto van “por todo” seguirá el reporte colateral de ejecuciones, unidades incendiadas, tomas incendiadas, fugas de gas que provoquen evacuaciones y demás delitos ligados como el robo de pipas y camionetas principalmente pick up, principalmente en los municipios donde se reportan este delito pues Según Pemex, hay 111 kilómetros de ductos (en cuatro) que atraviesan la entidad considerados como zonas “conflictivas” es decir, en Cuautepec, Tulancingo, Tetepango, San Agustín Tlaxiaca, Tezontepec de Aldama, Atotonilco de Tula, Atitalaquia, Tlaxcoapan, Tlahuelilpan, Tepeapulco, Tlanalapa, Tepetitlán, Nopala y evidentemente en Tepeji del Río en donde el Fuerte desde 2019 es el robo de gas, pero sin olvidar que, en municipios mexiquenses colindantes con Hidalgo, el robo en ductos de Pemex es igualmente constante.